Escuchar tus respuestas precisas
en el toque furtivo y candente
cuando tiemblas y mueves sin prisas
el sabor prohibido a la gente...
es volar a los cielos de fuego
es volverse un demente en pecados...
abrasar de fricciones y luego
extinguirse la vida a bocados.
Explorarte sin tregua ni pausa
en la forma que causa tu grito...
es razón suficiente, es la causa,
de que vibres en gusto infinito.
Autor: Jorge de Córdoba
(Decasílabos 3,6,9)