lunes, 29 de mayo de 2017

El infierno a dónde vas


En las teclas del piano se dibuja
la caricia a tu vientre ya dispuesto...
el sentimiento crece manifiesto
en tonada que llega y que te estruja.

Electriza tu cuello delicado
en roces con las ondas de sonido
robándote un suspiro ya encendido,
involuntario, presto, ¡desbocado!

Presientes que tu blusa está de más
y la abandonas sobre los estantes...
tu falda se desliza en dos instantes
gozando del infierno a dónde vas. 


Autor: Jorge de Córdoba

viernes, 26 de mayo de 2017

Sostienes mi cabeza


Quisiste que mis dientes dibujaran
el camino perfecto del pecado.
Dejé constancia roja en el bocado
con marcas que prendieran y quemaran.

Buscas satisfacernos la demencia
brindando tus sabores más intensos...
así que retrasaste mis ascensos
arañando mi espalda en advertencia.

Los clamores pedían gentileza
y tus temblores dicen otra cosa...
alcanzaste lo rojo de la rosa
sosteniendo en tus manos mi cabeza.


Jorge de Córdoba

viernes, 19 de mayo de 2017

Exacta y justa

Pretendo conocerte palmo a palmo
quemando los perfumes de tu flor...
me gusta que enloquezcas de calor
y alejar lo que fuera un poco calmo.

Pretendo provocar grito y delirio
causando la fricción que te mantiene
al borde de la fuerza que se viene
ya desencadenada en tu martirio.

Conozco lo que quieres y te gusta
de tal forma que palpo tus temblores,
en tanto que tu piel y sus colores
se tensa de la forma exacta y justa.

Autor: Jorge de Córdoba

martes, 16 de mayo de 2017

El perfume de tus rosas


La caricia secreta y escondida
viaja por tu figura, que incitante,
tiembla por declarar que soy tu amante
en pasado y presente de tu vida.

Nos topamos después de muchos años
y el fuego de tus ojos no decrece...
El aire entre nosotros ya se mece
rozando por debajo de tus paños.

Te dibujo en la espalda tantas cosas...
en tanto ya respiras agitada.
Me invitas de tu sal y piel mojada
derramando el perfume de tus rosas.


Autor: Jorge de Córdoba

viernes, 12 de mayo de 2017

Quiere derretirse

Es la flor de los pétalos durazno
con aroma de fuego en la candela...
Es la flor que trepida por mi mano
y derrama su fruto como cera.

Hoy tiemblan sus perfumes en mi falo
que pinta los caminos mientras besa
las gotas de rocío ya quemado
en tanto desvaría cuando reta.

La Musa no pretende cortesías
ni los ritmos carentes de poder.
Al contrario, su meta es derretirse

satisfaciendo todas mis manías
que llenan sus deseos de mujer
haciendo que del mundo todo gire.


Autor: Jorge de Córdoba

martes, 9 de mayo de 2017

El deseo la aprisiona


El cantor argelino en su vibrato
dibujó los centímetros de fuego
y la musa siguió de su mandato
las pautas del placer en ese ruego.

Sintió que las entrañas ya le ardían
y sus manos corrieron por las piernas
alzando su vestido. No podían
ser discretas, calladas y muy tiernas.

El rubor se expandió por sus mejillas
en tanto que su cuerpo convulsiona.
Sus dedos, expandieron maravillas,
y el deseo de pronto, la aprisiona.


Autor: Jorge de Córdoba

lunes, 8 de mayo de 2017

Sal precipitada

Apuntalé deseos consumidos
y pintaste con ellos a placer,
mis pinceles causaron los sonidos
que nacen en tu cuerpo de mujer.

Quisiste que tocara las llanuras
reservadas a vuelos tempestuosos...
las sábanas rompieron sus costuras
y dimos con tus puntos belicosos.

No importaron las horas consumidas
ni la manera ruda del convite
ofrendaste tu cuerpo a nuestras vidas
logrando que la sal se precipite.


Autor: Jorge de Córdoba

viernes, 5 de mayo de 2017

Quemando con los ojos


Besaste con tus ojos los secretos
en el confín de un alma conquistada.
Despertaste la brama con los celos
frotando tus tesoros en mi cara.

Se movieron las telas con tus dedos
levantando los bordes de tu falda
Sentí que se rompieron nuestros sellos,
el corazón me brinca y no se calla.

Sentiste mis latidos en tu vientre
y mojaste tus labios provocando
que la distancia fuese destruida...

Así, que, caminamos de repente
por los bordes de mesas y tablado
gozando los motivos de la prisa.


Autor: Jorge de Córdoba

miércoles, 3 de mayo de 2017

Quemas mis maderas

¿Qué secretos escondes en tu piel
turgente, estremecida en el deseo?
¿Acaso es que pretendes suavizar
el placer que provoca mi mareo?

Os obvio, te propones derretir
las murallas que restan, que poseo.
Y, taimada, me quieres convertir
en minotauro, en hilo o en Teseo.

Lo que sea que muestre tu victoria
encima de los restos de batallas
libradas por tus ojos y caderas.

Me hiciste conocer infierno y gloria
cuando por los placeres solo callas
y quemas en tus centros mis maderas.


Autor: Jorge de Córdoba