Dime que soy la sombra de recuerdos
muertos bajo tizones del ayer.
Lanza todas las perlas a los cerdos
dando por terminado un padecer.
Sabes qué pesadillas me persiguen
noche a noche. No tengo alternativa.
Sangre que, derramada, sigue viva...
nada que mis tormentos hoy mitiguen.
Balas que reconocen su destino
versos que se clavaron en el alma.
Musa de mi versar en desatino
graba en tus capiteles nuestra calma.
Autor: Jorge de Córdoba