viernes, 30 de junio de 2017

Te extraño, mi diosa

Eres una brisa llegada del mar
entiendes las cosas que vive el secreto
llevas en tus rosas a los Capuleto
con llanto en la risa que puede agotar.

Tu sonrisa quema la dulce locura
que moja la tela, que prende la cama.
Me muerdes la vela con sal de tu flama...
¡El mar no se rema, se corre a la cintura!

Se pondrá distancia sin otro remedio.
Te extraño, mi diosa, de todas las formas.
Tu luz cadenciosa, tu vida sin normas,
tu dulce fragancia, tu causa sin tedio.


Autor: Jorge de Córdoba

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