miércoles, 22 de agosto de 2018

Fuegos indecentes


Tu sonrisa, sonrojo de amapola,
pertenece a los cielos más abriles
y pretendes llevarte mis alfiles,
mis torres, pues prefieres irte sola.

Lamento contrariarte en tu bochorno
pero mis intenciones no son puras.
Te comprendo. En las duras y maduras
tu corazón palpita como un horno.

Desatas los versares más candentes
y quieres que confine los latidos.
Me parece que estamos confundidos:
Tu eres, Musa, mis fuegos indecentes.

Autor: Jorge de Córdoba

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