admiro el paraíso que te vi.
Sabemos; lo divino junto a ti,
son Vestales que tienes como alumnas.
El color escarlata de tu fruta
encela a las estaciones del año.
Pues opacas y siempre le haces daño
a su celo de luces en la gruta.
¿Qué favores le debo a las deidades?
Pues me obsequiaron, en tu paraíso,
un mundo de placer tan insumiso
que me regala todas tus maldades.
Autor: Jorge de Córdoba
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