martes, 12 de septiembre de 2017

Tu cueva de plata

Con esa mirada de fuego llanero,
tus manos crispadas por cada caricia
declaras que quieres alcanzar primero
el placer sin fondo de nuestra malicia.

Los brazos sujetos, los ojos vendados...
las piernas abiertas, tu pecho desnudo.
Tiemblas en el roce de besos taimados
que graban tus dones en un grito mudo.

Tus muslos se tensan -temblando la espera-
y brindan la fruta color escarlata.
Mi lengua dibuja la fiel escalera
mojando despacio tu cueva de plata.

Autor: Jorge de Córdoba

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