miércoles, 18 de octubre de 2017

Sin temor ni prudencia

En tus ojos describes el placer
que mis dedos procuran a tu seno
Los temblores llegaron al yacer
al costado del fuego, siempre lleno.

Apretaste los labios en un grito
incendiario, prendido de pasiones,
de forma que del sol al infinito
poblamos tu cadera de abrasiones.

Tu cabello llevaba la cadencia
que portan amazonas de la vida.
Quitamos el pudor y la prudencia:
En el amor no tienen ya cabida.


Autor: Jorge de Córdoba

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