Sentí la caricia de luz inaudible
en las vibraciones dulces por la piel.
Espasmo de vida flamígera y fiel
hizo de mi cuerpo la yesca imposible.
Los sentidos lanzan un llamado urgente
que roba el aliento de cada suspiro.
Es juntar lo quieto con todos los giros
que el corazón sangra por verla de frente.
Charlaron las manos en nuestros rincones...
llevando mensajes mojados en flamas.
Así prescindimos de gritos y gramas
creando perfumes llenos de pasiones.
Autor: Jorge de Córdoba
Letras que acarician el alma, buena inspiración donde ese fuego se va encendiendo con la chispa que producen esas caricias. Muy buenas letras. Un beso y un abrazote hasta esos lares
ResponderEliminarGracias Tere. El deseo, el preludio... es tan erógeno como el momento mismo.
EliminarRecibe el mejor de los abrazos desde mi México.