miércoles, 13 de marzo de 2019

Por Eva

El hombre despertó su soledad
sin saber, ni siquiera, que existía...
de pronto conoció, de la beldad,
el mayor renacer de la agonía.

La luna iluminó su madrugada
oculta por la noche sin estrellas.
Resulta que no supo nunca nada
escapando de tantas cosas bellas.

Nació de su costilla, eso nos cuentan,
aquella que se llama paraíso.
Por Eva las delicias solo aumentan
por el amor que siempre y siempre quiso.


Autor: Jorge de Córdoba

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