Tu mirada
candente todavía
me señala
que estamos preparados
y que
tiemblas al centro y los costados
antelando
lumbreras para el día.
Abrimos las
cortinas de la casa
y te paseas
fresca descubierta.
Me dejas con
la boca bien abierta
y finges no
saber lo que me pasa.
Me atraes a
tu vera que, insaciable,
enloquece
mis ansias por tu sal.
La brama me
convierte en animal
y persigo tu
fruto inigualable.
Pretendes
que mi lengua se contenga
y a la vez
nos incitas a explorarte.
Con los
besos consigo ya extasiarte...
y ahora solo
esperas que yo venga.
Autor: Jorge
de Córdoba
Pasionales versos llenos de ese fuego que la musa siempre hace llegar hasta tu pluma mi querido amigo ¡Genial!
ResponderEliminarYa ves como es la Musa de coqueta, irresistible y bastante afilada.
EliminarDerrite con los ojos y quema con el alma.
Gracias Tere por estar entre versares.
Un abrazo.