Cobijamos el dulce de tus sueños
en mis dedos, mis manos y mi boca...
nuestro mundo carece de los dueños
que detienen el ansia siempre loca.
Recorrer con cadencia tu figura
es vivir el delirio del espasmo...
el temblor que se siente en tu cintura
incrementa el sabor del entusiasmo.
Ya respiras con fuerza enloquecida
y tus manos sujetan mis cabellos
me deleito bebiéndote la vida
y sucumbes en flamas y destellos.
Autor: Jorge de Córdoba
Un poema de una sensualidad y cadencia exquisitas! Un abrazo!!!
ResponderEliminarGracias Eli.
ResponderEliminarJamás se podría describir de forma exacta lo que el amor despierta y causa.
Un abrazo desde estos lares.
Grandioso lo que escribes,
ResponderEliminarojala continúes escribiendo,
para seguir apreciando tus letras.
Besitos dulces
Siby
Todo lo que es inspiración... viene de La Musa.
EliminarY... contradiciendo a Gustavo A. Becquer, sin Musa, no hay poesía.
Abrazos.