Grabamos nuestro pacto con gemidos
que dejaron mis labios en tu piel.
No precisamos pluma ni papel
tan solo provocar tus alaridos.
Las huellas del castigo te motivan
y quieres conservarlas relucientes.
Es por ello que marcas con tus dientes
mis dedos y mi falo que te avivan.
Pretendes adecuar mi voluntad
y logras con tus dulces infracciones
que brillen los grilletes y fricciones
en tu cuerpo, con toda vanidad.
Autor: Jorge de Córdoba
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