Si pudiese pintar con dos palabras
los detalles nacidos en tus ojos...
los cielos y los libros, siempre pocos,
querrían atrapar tus dulces faldas.
Me recuerdas la flor de las montañas,
la luz de los crepúsculos tan solos...
que del rocío forman dulces tronos
y tienden las alfombras en las salas.
Las mismas dos palabras que incineran
y mueven las columnas de tu templo
son aquellas que vuelan cuando pesan;
son pasaje de todos esos cielos
que los afortunados ya contemplan
y palpan en tus húmedos cabellos.
Autor: Jorge de Córdoba
Soneto endecasílabo asonante
ABBA ABBA CDC DCD
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