
Me llevo tu perfume desquiciante
en los labios y todo el paladar.
Quedaste tan cansada por jugar...
que prefiero salir un solo instante
dejando que descanses la pasión
vertida en nuestras sábanas de noche.
Perdóname y dispénsame el reproche,
preciso agradecer nuestra ocasión.
El cielo me regala con tu vida
y yo me comprometo a venerarla.
Escucho que la noche grita y parla
con el viento y su canto en bienvenida.
Autor: Jorge de Córdoba
Esta poesía es especialmente romántica... muy bella
ResponderEliminarGracias Nini Lopez por pasearte entre versares.
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