Me pierdo en la distancia que se midedel ombligo a la cumbre de tu sexo.
Soy un indigno esclavo que, convexo,
consigo que el placer jamás respire.
Como Musa impetuosa te iluminas
al momento que cambia tu color.
Te gusta experimente en el dolor
que nos causamos cuando ya terminas.
Aprietas exprimiéndome la vida
y te expandes clamando mi lujuria.
Juntamos lo sutil de brava furia
logrando que se tense nuestra brida.
Autor: Jorge de Córdoba
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