lunes, 3 de octubre de 2016

Completo y consumido



Entiendo que me engañas mi Señora.
Si nunca me dijiste qué sería
renacer en tu cuerpo cuando moría
en la dulce explosión, que seductora,

me lleva con temblores más convulsos
al límite del cielo y del infierno.
De pronto transformaste, entre lo tierno,
mis locuras, mis rabias, mis impulsos...

Sujetaste en el plexo mi bramido
uniendo la caricia a tu cintura.
El fuego del amor ya me procura,
dejándome completo y consumido.

Autor: Jorge de Córdoba

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