martes, 11 de abril de 2017

Bramidos en la nada

Cuentan que los latidos se desprenden
en perlas de la sal acidulada.
Igual que lo bramidos no se venden...
se entregan en el todo por la nada.

Las gotas de sudor que se deslizan
por tu espalda me invitan al candor
que mis manos auscultan y tamizan
subiendo por tu pierna y derredor

Tu cabello empapado de pasiones
enmarca la cadencia del deseo.
La primera de muchas ocasiones
en donde sucumbamos al mareo.


Autor: Jorge de Córdoba

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