miércoles, 26 de abril de 2017

Sal y deliro

Hay un beso perfecto, delicado,

que cimbra las entrañas y penetra
cada pliegue prendido, destrozado,
por la brama nacida de la letra.

Hay un beso que sorbe del café
sugerentes aromas lujuriosos.
Mi sentido del tacto, todo ve
en tus espasmos dulces siempre briosos.

Subir por tus columnas separadas
y desencadenar cada suspiro
es encontrar tus fuentes anegadas
de la sal que conviertes en deliro.


Autor: Jorge de Córdoba

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