miércoles, 23 de noviembre de 2022

Bebo de tu anís


Amiga, se consumieron las horas

en una charla amena y clandestina.

Y de pronto, la cita ya germina,

en las miradas dulces, delatoras.

 

Con un roce en tus manos se me admite

en el cielo y pecado del deseo.

Tu sonrisa me cambia en un Perseo

que del fuego se toma y lo remite.

 

Atrapas entre el cuello y tu mejilla

los dedos que buscaban el camino...

Tu perfume señala mi destino:

te posas en el borde de la silla.

 

Es claro lo que ofrendas esta tarde

y tu vestido sube incandescente.

Se quema nuestra vida en el presente

pues bebo del anís que prende y arde.

 

Autor: Jorge de Córdoba

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