delicada, sutil o desmedida,
buscando tus venenos y la cura
que viertes al sentir mi acometida.
Tu espalda, terciopelo de lujurias,
recibe de mis dedos y sudores
los placeres, embates y penurias
tatuadas con carmines, con ardores.
Las gotas que lubrican y perfuman
tu entrepierna vibrante, cadenciosa.
Tus atributos crecen y se suman
estallando en la muerte silenciosa.
Autor: Jorge de Córdoba
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