viernes, 10 de febrero de 2017

Muerte silenciosa



Quemamos nuestros labios con dulzura
delicada, sutil o desmedida,
buscando tus venenos y la cura
que viertes al sentir mi acometida.

Tu espalda, terciopelo de lujurias,
recibe de mis dedos y sudores
los placeres, embates y penurias
tatuadas con carmines, con ardores.

Las gotas que lubrican y perfuman
tu entrepierna vibrante, cadenciosa.
Tus atributos crecen y se suman
estallando en la muerte silenciosa.

Autor: Jorge de Córdoba

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