La oscuridad permite que te vea
con mis labios tocando, parte a parte,
el cuenco que contiene tu marea
sin que puedas gritarlo o escaparte.
Me gusta paladear en tus caderas
la textura que llevas con orgullo,
beberme lo sutil de las praderas
y el premio que resguarda tu capullo.
Cuando cierro los ojos se me afinan
los sentidos con fuego irreverente...
Así, que tus espasmos no terminan,
y viertes tu perfume sugerente.
Autor: Jorge de Córdoba
Candentes letras donde la pasión y el deseo desbordan cada verso. Bendita musa te acompaña siempre. Te felicito por tu bello sentir. Un beso y un abrazote
ResponderEliminarGracias todas Tere. La Musa, siempre candente, no ceja su empeño. Un abrazote.
EliminarY pensar que todo sucede en la oscuridad!!! Muy bella, como siempre, felicidades
ResponderEliminarDonde y cómo la Musa provoque...
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