miércoles, 7 de marzo de 2018

Tus gotas caen


Se queda la caricia retratada
en las sábanas húmedas de sal
después de recibir el vendaval
que deja tu cadera desatada.

Despiertas con el fuego predispuesto
y quieres que se sacie mi demencia;
así que me regalas la cadencia
gemido tras gemido... sal y gesto.

Buscas que tus pezones me distraigan,
los rozas dulcemente con mi falo.
Te dices buena, cuando soy el malo...
y dejas que tus gotas solo caigan.

Autor: Jorge de Córdoba

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