Postrado de rodillas te sujeto
hundiendo mis deseos con cuidado.
Tus gestos que simulan un enfado
aceptan resistir mi nuevo reto.
Te reto a no gemir en agonía
los besos que deslizo cuesta arriba.
Tu cuerpo, que de pronto, se derriba
exclama que se prende tu alegría.
Aprietas tus caderas a mi boca
y dejas escapar el gran sonido
que pretende esconder un alarido
incendiario estrellándose en mi roca.
Autor: Jorge de Córdoba
Muy sensuales letras. Besos
ResponderEliminarGracias. Celebro te haya gustado. Saludos.
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