Aunque nos prometimos el jamás
enamorarnos. Tonto error. Perdimos:
El amor, con sus trampas y sus timos
nos atrapó, pidiendo siempre más.
De pronto las entregas se alargaron
y vimos florecer los nuevos días.
Ahora lo comprendo, tu sabías
del amor que las llamas despertaron.
Ahora que despiertas a mi lado
y muerdes en mis sábanas tu entrega
hay un amanecer que nunca llega
y me rindo en tu cuerpo ya saciado.
Autor: Jorge de Córdoba
Hay trampas de las que uno no puede o no desea escapar.
ResponderEliminarCuando hay amor , siempre todo es.mucho mejor. La entrega se hace única, incomparable.
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