Aunque nos derretimos mutuamente
esta noche pasada por el fuego...
me cuesta concentrarme en el presente
y mandar los deseos para luego.
Al jurar respetarnos la distancia
nos vemos con pasiones dilatadas...
¡Por los dioses! ¡Ya extraño tu fragancia!
cuando nos enredamos a horcajadas.
En mis labios palpitan tus sabores...
y las manos me tiemblan por el gusto
de cambiar tus silencios y estertores
en gritos que te nacen desde el busto.
Autor: Jorge de Córdoba
Cuando en una relacion hay mucha pasion las esperas se hacen interminables!!!Hermoso poema Jorge!!!!
ResponderEliminarTodo lo que viene de la Musa es ardientemente esperado.
EliminarY, efectivamente, la antelación es un tormento.
Gracias Eli. Celebro te haya gustado.
Cuando quedan recuerdos inolvidables, nunca se olvidan y los deseos permanecen, ... tal vez a la espera.
Eliminar