Descalza, te paseas por la casa,
con la piel descubierta de tapujos
vertiendo por doquier anís y embrujos...
conoces que tu fuego nos arrasa.
Te deleita saberme sometido
al embrujo que portan tus aromas.
Sugerente, te alejas y te asomas
convocando, de nuevo, mi alarido.
Te acercas a la barra, en la cocina,
e, inclinándote, muestras lo que tienes.
Los latidos galopan por mis sienes
al notar cómo brilla tu resina.
Sonríes con malicia al provocarme
y sabes que me acerco sigiloso.
Lamento ser un diablo tan goloso
pero de tu sabor sabré saciarme.
Autor: Jorge de Córdoba
Magnifica esa Musa conocedora y confiada en sus encantos que despiertan tu TODO.. Bellos versos. Saludos!!!
ResponderEliminarUna Mujer segura de sí misma, es hermosa... siempre.
EliminarGracias Eli por leerlo y comentarlo.
Saludos.