Al pasar por tu puerta, enloquecieron
mis sentidos. La brama jadeante
me sacudió la piel en un instante
y todos los pretextos perecieron.
En aquella escultura te recuerdo
de forma que te siento en las entrañas.
El mundo me mandó por viejas cañas...
y vuelvo enloquecido, cuasi cuerdo.
Tan solo necesito de tu anuencia
para tomar tu cuerpo entre mis brazos
dibujar con lujuria dulces trazos
que sean tu delirio y penitencia.
Autor Jorge de Córdoba
“El rapto de las sabinas”. Mármol, 1579
de Jean de Boulogne (Giambologna)
Conoces cuáles son mis intenciones ...
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