que toda la recamara te siente.
El aire se percibe tan caliente
igual que cuando llegas y te asomas.
¿En dónde se quedaron tus sudores?,
que mis brazos te buscan con sigilo.
Mi mente se sostiene con un hilo
buscando en el carmín y alrededores.
¿En dónde se quedaron tus ropajes?,
que palpo tus contornos donde sea.
El cielo que te busca y me marea
reclama que regreses de tus viajes.
Autor: Jorge de Córdoba
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