domingo, 11 de septiembre de 2016

Pasada media noche




Descubro que me sobra la distancia
y calan los silencios que se cuelan
por tablas y tejados de la estancia
haciendo que las horas siempre duelan.

Me impongo silenciarme los olvidos
y busco por las calles otra musa.
Una dama que anhele los sonidos
de prosa que atraviese saco y blusa.

Es cierto que el bullicio me sosiega
y por instantes logro reposar.
Pero el alma por siempre se me niega
y pugna por buscarla y regresar.

Pasada media noche ya descansa
la inquietud de un versar enamorado.
La sangre de locura, ahora mansa,
se muere por estar a su costado.

Autor: Jorge de Córdoba

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