de mesuras, de miedos o pudores.
La forma que brillabas en sudores...
me incitaba con tu sal, no resisto.
La flama que provocas en tus giros
derrite los glaciares y los polos.
Me muero por quedarnos siempre solos
para beber tu néctar y suspiros.
Me gusta recorrerte la figura
con lentos semicírculos candentes.
Comprendo lo que causas y que sientes
al ver que tu temblor jamás se apura.
Autor: Jorge de Córdoba
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