Lo perfecto de toda tu figura
esta precisamente en lo imperfecto
de tu carácter libre cual llanura
y volátil en todo su trayecto.
Lo prendido que llevas en tu piel
es un reflejo dulce de tus ganas.
Llenaste un pentagrama cruento y fiel
con tu cabello, negro de obsidianas.
Si pretendo escribir con mi batuta
en tu espalda, en tus senos y tu plexo...
recorreré lo dulce de tu fruta
en tu cóncavo y frágil del convexo.
Autor: Jorge de Córdoba
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