de vernos indiscretos o cerrados?
No sabía cuan fuerte es el tormento
de estar, en el olvido, separados.
Me declaro egoísta de tus horas,
de los segundos largos o fugaces.
Extraño tus caricias insonoras
cuando estallan tus gustos más voraces.
Tus juegos por debajo de las mesas...
demostrando una falta de pudor...
Acaricias tus labios, como fresas,
e invitas a beberme tu sabor.
Autor: Jorge de Córdoba
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