sábado, 28 de enero de 2017

El sentir no se calla



por escribir candores engendrados
en las miradas dulces de la Musa.

Me dicen que traspaso las fronteras
y yo solo recuerdo sus caderas.

Reclaman que lo cóncavo y convexo...
cuando solo interpreto de su sexo

la perfecta tonada de bondad
que prodiga candores y verdad.

Una mujer pensante es tan erógena
como el intoxicarse con café.

Mientras viva no siento penitencias...
ni aplaudo a los cerebros enlatados:
Mi poesía nunca fue reclusa.

Autor: Jorge de Córdoba

No hay comentarios:

Publicar un comentario