que despierta mis células dormidas.
De pronto, mi cansancio no es factor...
es la causa de hacer lo que me pidas.
Una sonrisa tuya me provoca,
espanta agotamientos o desvelos.
Me prende tu mirada -un tanto loca-
que busca provocarme con los celos.
Celos al ver tus manos delicadas
recorrer los senderos de lujuria.
Mis ansias se reprimen ignoradas
y explotan, con un beso, tanta injuria.
Autor: Jorge de Córdoba
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