La saeta lanzada por la Musa
atraviesa los huesos y la piel
surgiendo desde el centro de la miel
se muestra cual visita casi intrusa.
Lo sabe, pues los síntomas que porto
llevan su nombre escrito por mis venas
Sus manos, de placeres, siempre llenas
motivan y enloquecen cual exhorto.
Parpadea robándome arrebatos
y gusta provocar las sensaciones
enloquecidas, raudas emociones
por la brama de lobos y jabatos.
Autor: Jorge de Córdoba
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