Hablamos en silencios anhelantes
al brindar en los bordes de tu copa
No importa si rompemos nuestra ropa
al sabernos, por siempre, dos amantes.
Probamos tu café vertido en fuego
mojando tus columnas y temblores
gozamos el sonido de tambores
que brotan al saciarse nuestro ruego.
Entonces ofrendaste las fragancias
que escapan de tu pétalo escarlata.
Respiro del veneno que me mata
al explotar la vida y tolerancias.
Autor: Jorge de Córdoba
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