Me bebo lo perfecto de la vida
en cada palmo fresco de tu mar.
Un deleite es tu fuego por quemar
en locura que viertes encendida.
Cada caricia tiene su veneno
y tu mirada juega con mis ganas.
Conjugando tus ébanos y canas
con la pasión del rayo en nuestro trueno.
Bien sabes derretirme con tus ojos
en pequeños detalles de carmín...
Tu perfume, candela con jazmín,
me prende como yesca en los rastrojos.
Autor: Jorge de Córdoba
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