jueves, 25 de agosto de 2016

Tu cuerpo en mi nido



Un café recargado de miradas
después de combinar las tempestades,
mojando nuestra cama en tus bondades
al ritmo de las aguas ya saladas.

¿Se puede sucumbir en lo perfecto
de la entrega con toda la premura
vertida por tu piel en tu cintura
en cada movimiento y su trayecto?

¡Qué me tilden de loco embravecido!
porque celan lo dulce de tu vida
y la improbable causa sin salida...
pero ahora; descansas en mi nido.

Autor: Jorge de Córdoba

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