viernes, 19 de agosto de 2016

Tu dulce en lo salado



Con los ojos me adviertes que prosiga
y con la voz me ruegas que detenga
movimientos que prenden como arenga
y separo tu media de su liga.

La oficina no puede ser lugar
para encuentros de dulces conjunciones.
En los raros momentos y ocasiones
que nos gusta prendernos y jugar.

Enrojeces y buscas liberarme
para luego tomar con tus caderas
el ritmo de candentes primaveras
que logran sorprenderme en el desarme.

Nuestro pudor, expulsado de mi lado,
se transforma en la brama intempestiva.
Vertimos el sudor y la saliva
sumados a tu dulce en lo salado.

Autor: Jorge de Córdoba

No hay comentarios:

Publicar un comentario