Ese beso, en sus pétalos perdido
fue el detonante exacto y tan puntual
que roba los jadeos sin sonido
extendiendo la miel de su panal.
Intenté ser correcto y delicado
pero el brillo en su fruta me cautiva
La brama se demuestra en el bocado
con ruegos, siendo humilde, siendo altiva.
Derramando su jugo ya dispuesta
respira en agitadas convulsiones.
Una vez desatada se recuesta
y extendemos la zona de fricciones.
Autor: Jorge de Córdoba
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