Musa, desconocida en la taberna...
la veo en las esquinas de la tarde.
Siento que el corazón se agita y arde
en esta oscurecida y vil caverna.
Se entretiene jugando con la copa
en tanto que sus dedos se pasean
por su blusa y ya siento me marean
anhelando sentirnos sin la ropa.
Su mirada encendida y sin recato
tiene la facultad de la conquista.
En su forma y manera es una artista
y sus pasiones tienen para rato.
Comprende que la chispa es ya fogata
y lanza una mirada sugerente.
Todo desaparece de repente
nuestro encuentro es la copa que se cata.
Autor: Jorge de Córdoba
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