Descubres que tu cuerpo pertenece
al deseo que sientes por tocarnos.
Te gusta recibir por todos lados
la pasión que sonroja tus claveles.
Una vez que aprendimos de la flama
nos quemaron pasiones suculentas.
Tu fuego es el pabilo de las velas
y encendimos la curva ya quemada.
Delicada manera de morir
en un orgasmo dulce y consentido.
Hilvanamos el fuego con un hilo
que busca la fricción en un desliz.
Autor: Jorge de Córdoba
Endecasílabos asonantes
No hay comentarios:
Publicar un comentario