Hoy pretendo atrapar los dulces gritos
que viertes al momento que te entregas.
Tu placer a mi brama lo delegas
y dejamos de lado antiguos ritos.
Lo salvaje se impone en nuestro lecho
esparciendo el sabor de la abrasión.
Aprovechamos tiempo y ocasión
buscando enrojecer tu sal y pecho.
Invitas a mi brama te sacuda
por donde sea, en tanto no termine.
Mi fuego no permite que se opine
y borras de tus ojos miedo o duda.
Autor: Jorge de Córdoba
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