es caricia
del cielo por pecado.
Causa de la
mujer
ser un
enamorado
de su
perfil, su rostro y su costado.
Parece tan
perfecta...
su silueta
cubierta con sudor
pues sabe
que proyecta
la muerte
del pudor
el dulce
encuentro fiero del ardor.
Del amor a
la furia
solo existe
un suspiro de su boca
que prende
la lujuria
y quema de
mi roca
el ansia
incontenible brava y loca.
Autor: Jorge
de Córdoba
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