martes, 7 de junio de 2016

Beber de tus praderas



Que bravo es el silencio cuando llegan
tus temblores candentes de pasión.
Encuentro que el sabor de la abrasión
es como corazones que se entregan

a flamas oscilantes y perfectas...
No precisas palabras ni señales
si tengo, de tu cuerpo, dulces sales
derramadas, complejas y selectas.

Temblamos en lo rojo del estío
en tanto me sumerjo en tus laderas...
Es un gusto beber de tus praderas
el dulce que regalas y es tan mío.

Autor: Jorge de Córdoba

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