juntamos la
nostalgia en tus pistilos
con mi
estambre de forma que, incesante,
generamos
los cantos y los filos.
Tus pétalos
cortaron mis espinas
y con néctar
regaron las raíces.
Aprendí de
tu centro y tus esquinas
a quemar los
momentos más felices.
El tallo de
mi brama en tu corona
robó con las
primicias del rocío.
Tu veneno
bendito, belladona
hizo que tu
bramido fuese mío.
Autor: Jorge
de Córdoba
No hay comentarios:
Publicar un comentario