martes, 6 de diciembre de 2016

Apostándonos el cuerpo



La casa del placer abrió garito
apostándose prendas en la grama
las pasiones desgranan nuestra flama
dejando los suspiros en un grito.

La carta de diamantes pide mano
y el rey de corazones solo observa
en tanto que la reina ya lo enerva
con sus poses de diosa, de villano.

Se apostaron la blusas y sostenes
al igual que camisas y corbatas.
Ya sabes que me prendes y me matas
que corras y después todo lo frenes.

Se quemaron las cartas y las fichas
al tiempo que mordiste los contornos
de tus labios. Quitamos los adornos;
juntamos el calor de nuestras dichas.

Autor: Jorge de Córdoba

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