Y tu, reapareces en
mis sueños
convirtiendo
pequeñas consecuencias
en desatados gritos
de querencias
aún por los
detalles más pequeños.
La forma que
acaricias tu rosado
paraíso me lleva a
la locura...
es como ver la fruta
ya madura
rebozando de dulce
acidulado.
Tu boca se enrojece
con mis dientes
clavados en la carne
delicada.
Entiendo que
palpitas preparada
al beber del temblor
que ahora sientes.
Autor: Jorge de
Córdoba
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