que separas contenta
y sorprendida...
Un camino pintado
con lunares
que me llevan al
centro de tu vida.
Mis dedos se
sumergen en tus pétalos
buscando de tu sal,
las maravillas.
Los Ícaros volando
con los Dédalos
anhelando quemarse
en tus orillas.
Tu boca se
transforma en un poema
que exhala las
pasiones encarnadas...
La ropa,
simplemente, no es problema
y termina con sales
escarchadas.
Autor: Jorge de
Córdoba
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